El trabajo estudiaba las preferencias terapéuticas y llegó a dos conclusiones principales: un 30% de los pacientes optaría por mantenerse con el mismo tratamiento, aunque se le planteen escenarios de enfermedad no controlada, con lesiones y actividad clínica. Según el Dr. Sotoca, este dato confirmaría que la inercia terapéutica también afecta a los pacientes (aparte de los profesionales).



El segundo resultado hace referencia a la preferencia de los pacientes por los tratamientos de alta eficacia ya que, según el profesional, cerca de la mitad optaría por estos aunque se les plantee un escenario sin necesidad de este tipo de tratamiento para las características de la enfermedad, a pesar de asumir los efectos secundarios que conllevan estas opciones de tratamiento.