El acto estuvo destinado a todos los profesionales asistenciales de MútuaTerrassa. Contó con la ponencia a cargo del Dr. Jaume Sanahuja, director del centro, que habló sobre la situación actual en términos de cuidados paliativos y abordó las diferentes definiciones de enfermedad avanzada, así como la complejidad clínica asociada.


Así mismo, el Dr. Sanahuja también trató sobre la transversalidad del proceso, los agentes implicados y detalló los criterios del ingreso y de no ingreso en la UCP. Finalmente, habló sobre el personal que forma el equipo de la nueva unidad y también de la coordinación entre los diferentes niveles asistenciales.


La atención de calidad a enfermos y familiares de pacientes con enfermedades terminales, razón de ser de la nueva UCP
La Unidad de Cuidados Paliativos del centro Sociosanitari Vallparadís se ha creado con el propósito de proporcionar una atención de calidad a los enfermos afectados por enfermedades avanzadas terminales con alta complejidad clínica (y a sus familias), basándose en unos valores que deben englobar derechos humanos y derechos de los pacientes, dignidad humana y equidad. Para conseguir este objetivo, es necesaria una interacción con el resto del sistema sanitario para poder ofrecer una transversalidad del proceso básica para poder atender a estos pacientes con la máxima calidad.


La base fundamental de la UCP consiste en adecuar la atención a las necesidades individuales de los enfermos y de las familias. Se trata de necesidades multidimensionales que van desde la atención de la propia enfermedad, pasando por el abordaje de los aspectos físicos, emocionales, sociales, espirituales, transcendentes y prácticos de los últimos días, incluido el traspaso del enfermo.


¿Qué entendemos por enfermedad avanzada-terminal?
La definición de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) supuso un importante referente, porque incluía un conjunto de dimensiones y parámetros que definen bien la situación de enfermedad terminal: enfermedad avanzada progresiva incurable, con escasa probabilidad de respuesta a tratamiento específico, síntomas múltiples, multifactorial, intensos y cambiantes, impacte emocional en el enfermo, familia y equipo y pronóstico de vida limitado, inferior a seis meses.


Pero a pesar que en la actualidad esta definición sigue siendo válida, es necesario introducir otros matices, sobretodo en su aplicación a enfermos no afectados por cáncer, donde el pronóstico puede ser diferente, en situaciones de enfermedad avanzada. Uno de estos es la evolución con frecuentes crisis de descompensaciones, por progresión de la enfermedad o de complicaciones, y el alta necesitada y demanda de atención, que condicionan un patrón de uso de recursos elevados, generalmente de los servicios de emergencias.