En la actualidad existen un gran oferta de bebidas no alcohólicas que se agrupan en refrescantes, deportivas y energéticas, todas ellas con un alto contenido en azúcares, estas pueden llegar a tener hasta un 21% de azúcares añadidos cuando la OMS recomienda un consumo no superior a 10,5%.

Los autores del estudio han observado como cada vez es más frecuente el consumo de estas bebidas y en circunstancias no recomendadas, con una alto riesgo para la salud, ya que aumentan la obesidad, diabetes, el síndrome metabólico, las caries , la osteoporosis y el cáncer. En el caso de las bebidas energéticas se describen problemas añadidos como la taquicardia, hipertensión, insomnio y trastornos del comportamiento y exacerban las enfermedades psiquiátricas, arritmias y náuseas entre otros. Hay que añadir que estas bebidas energéticas, que principalmente se consumen en un entorno de ocio y fiesta se mezclan con alcohol.

Los resultados del estudio mostró como el 92.9% de los alumnos consumían bebidas refrescantes y lo hacían en cualquier momento de los día y situación. Las bebidas deportivas registraron el 61.7% preferentemente cuando hacen deporte y algunos momentos de ocio. En cuanto a las bebidas energéticas, un 49.2% las consumía en momentos de ocio y de este porcentaje un 49% las mezcla con alcohol, su consumo se centra principalmente en el ocio y en realizar deporte. EL 38% de los adolescentes registrados en el estudio manifiestan un consumo simultáneo de las tres bebidas.

Las conclusiones de este estudio les sirvieron para plantear nuevas estrategias e intervenciones educativas a través del programa Salud y Escuela.